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Hacer que los niños regresen a la escuela: 5 maneras en que los distritos pueden abordar el ausentismo crónico

Autor: Jillian Kelton, M.Ed

En todo el país, el ausentismo crónico está en su punto más alto entre los estudiantes de K-12, casi duplicándose desde Del 15 por ciento en 2018 al 26 por ciento en 2023. Distritos que ya tienen problemas con el éxito de los estudiantes, como las escuelas de bajo rendimiento, las que tienen altas tasas de pobreza y los distritos con una alta población minoritaria se ven afectados de manera desproporcionada por esto.

Como ex jefa de Éxito Estudiantil en las Escuelas Públicas de Boston y consejera escolar, me encontré con numerosos casos en los que los estudiantes tenían dificultades para asistir de manera constante, y abordar este problema de manera efectiva requirió un enfoque multifacético que tuviera en cuenta datos tanto cualitativos como cuantitativos.

Según mi experiencia, estas son algunas conclusiones clave sobre cómo los distritos pueden trabajar para cerrar la brecha y lograr que los niños regresen a la escuela:

  1. El soporte personalizado es crucial: Cada estudiante tiene una historia única y comprender sus antecedentes es esencial para adaptar los sistemas de apoyo adecuados. La utilización de datos cualitativos (como las interacciones con los estudiantes y los cuidadores) y cuantitativos (como los registros históricos de asistencia y las evaluaciones) ayuda a elaborar intervenciones personalizadas. Por ejemplo, una vez tuve un estudiante que constantemente tenía dificultades para llegar a su primera clase. Llegaba tarde casi todos los días. Una vez que conocí mejor al estudiante, se sintió cómodo al decirme que llegaba tarde porque era su responsabilidad preparar a sus hermanos menores por la mañana y llevarlos a la escuela. En lugar de seguir penalizándolo, le quité la primera clase de la menstruación y lo inscribí en una clase en línea a la que podía asistir en los momentos en los que él y su familia se sintieran más favorables.

  2. Abordar las necesidades de salud mental: Si bien las escuelas se centran principalmente en el aprendizaje académico, es vital reconocer y abordar las necesidades de salud mental de los estudiantes con ausencias crónicas. Empezando por la jerarquía de necesidades de Maslow, garantizar que se satisfagan las necesidades básicas es fundamental para apoyar el bienestar general de los estudiantes. Y la salud mental entra en la categoría de «necesidad básica». Si un estudiante tiene un ausentismo crónico, las escuelas deberían considerar la posibilidad de proporcionárselo acceso a la teleterapia escolar programas como Daybreak. Esto permite a los estudiantes trabajar con un médico prácticamente desde casa, sin costo alguno para las familias, y empezar a abordar sus necesidades de salud mental. El médico puede trabajar con el estudiante para desarrollar las habilidades que necesita para que pueda regresar físicamente a la escuela.

  3. Importancia del compromiso: Es fundamental construir relaciones significativas con los estudiantes, las familias y las partes interesadas de la comunidad. La participación de la comunidad desempeña un papel fundamental, especialmente para llegar a las familias de los estudiantes con ausencias crónicas. La colaboración con socios comunitarios de confianza facilita el acceso y fomenta un entorno de apoyo. Cuando nos asociamos con otros miembros de la comunidad que no necesariamente trabajan para la escuela, pero que sabemos que tienen relaciones positivas y significativas dentro de la comunidad, esto nos ayuda a crear otro nivel de confianza y validez entre las familias. En Boston, pudimos asociarnos con el programa de divulgación para trabajadores callejeros del Boston Center for Children and Families y utilizar a su personal, que sabíamos que estaba profundamente integrado en los vecindarios, para que trabajara con nosotros cuando hacíamos visitas domiciliarias.

  4. Derribando barreras: Superar la brecha entre las escuelas y las comunidades es esencial, particularmente en las áreas urbanas. Al cerrar activamente esta brecha, las escuelas pueden establecer una red de apoyo en torno a los estudiantes y las familias. Esta inclusividad promueve sistemas de apoyo accesibles y relevantes desde el punto de vista cultural. Además de brindar acceso a la orientación, las escuelas también pueden ser creativas a la hora de brindar acceso a otros recursos. Por ejemplo, cuando trabajaba en una escuela secundaria en Boston, aprovechamos la «Noche de regreso a clases» (a menudo llamada noche de padres y maestros) como una oportunidad para reunir recursos y proveedores comunitarios para que las familias pudieran acceder a varios servicios al mismo tiempo. El centro de salud comunitario local estaba allí para proporcionar vacunas contra la influenza a las familias. El banco local estaba disponible para que las familias abrieran cuentas corrientes y de ahorro. Los restaurantes locales proporcionaban comida. Esto nos permitió no solo involucrar más a las familias, sino también vincular a los socios de la comunidad para que pudiéramos fortalecer y hacer crecer las relaciones en todos los lados. Además, las escuelas deberían pensar en cómo estructurar el tiempo extraescolar, como las vacaciones escolares y los fines de semana, para colaborar con las organizaciones y los recursos locales a fin de aprovechar las instalaciones escolares vacantes para fines recreativos. Otro ejemplo sería aprovechar las relaciones con los miembros del consejo municipal local para hacer correr la voz en los vecindarios sobre las diversas iniciativas que se están llevando a cabo en las escuelas.

  5. Evaluación y prestación del apoyo necesario: Una vez que se establece el compromiso, es crucial evaluar si el apoyo brindado satisface adecuadamente las necesidades de los estudiantes. La evaluación continua y la flexibilidad son fundamentales para garantizar intervenciones eficaces.

Abordar el absentismo crónico en las escuelas requiere un enfoque holístico que abarque el apoyo a la salud mental, la participación de la comunidad y las intervenciones personalizadas. Al comprender la historia de cada estudiante, fomentar conexiones significativas y derribar las barreras entre las escuelas y las comunidades, los educadores pueden crear un entorno de apoyo en el que todos los estudiantes puedan alcanzar su máximo potencial.

Contenido descargable

El estado de la salud mental de los jóvenes y nuestras escuelas

Cómo responden las escuelas a la creciente demanda de servicios de salud mental para estudiantes.

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